Con el invierno llega el frío y las bajadas de las temperaturas, algo que puede suponer un riesgo añadido para nuestra salud bucodental. El frío provoca dolor de dientes, sensibilidad dental, grietas en los labios e irritación de garganta. A continuación te vamos a contar cuáles son los principales problemas que podemos sufrir y cómo evitar que las bajas temperaturas pasen factura a nuestros dientes.
SENSIBILIDAD. Las bajas temperaturas del invierno, el consumo de alimentos, bebidas calientes y de dulces pueden provocar hipersensibilidad dental. Si nuestra dentina está expuesta, estos estímulos pueden provocarnos “frío en los dientes”, como escalofrios, una sensación dolorosa y aguda, si ocurre esto es importante que lo tratemos, ya que, aparte de convertir en una pesadilla dolorosa comer o beber, puede favorecer la aparición de enfermedades periodontales y caries en los cuellos de los dientes.
Consejo: La respiración por la boca trae aire frío y directamente en contacto con los dientes, así que inhala y exhala por la nariz. Utiliza pasta de dientes contra la sensibilidad y enjuague bucal a base de flúor.
LABIOS. Son unos de los grandes sufridores del invierno. Su piel es porosa y muy fina lo que hace que se transparentan con facilidad los vasos capilares, de ahí su color más oscuro que el del resto de la piel. Además, no cuenta con la capa protectora de grasa que tenemos en el resto del cuerpo, la capa semimucosa de los labios no tiene glándulas sebáceas, por lo se encuentran de forma permanente en un nivel húmedo gracias a la saliva, que junto a la calefacción y aire frío provoca que se resequen y agrieten.
Consejo: Lleva siempre contigo un buen labial, para hidratarlos, pero evita los labiales de larga duración, pues hacen que se resequen los labios aún más de lo normal.
Ahora que sabemos lo que el frío puede hacerle a tu boca, aparte de los anteriores consejos vamos a recomendarte unas medidas para que se resienta lo menos posible:
- Mantén una buena higiene oral. En invierno y en cualquier época del año, porque una buena higiene hará que nuestra boca sea menos propensa a sufrir enfermedades. Cambia de cepillo cada 3 meses, evita un cepillado agresivo, cepillos con filamentos duros y pastas dentales abrasivas.
- Hidrátate para que la garganta y los labios no se resequen.
- Limita el consumo de azúcares, los grandes causantes de la caries dental, y de alimentos o bebidas ácidas, que contribuyen a la erosión de los dientes.
- Reducir las bebidas muy calientes pues son un estímulo muy fuerte para la hipersensibilidad dental.
- Toma vitamina C frecuentemente ya que nuestro cuerpo no es capaz de producirla ni almacenarla, fortalece el sistema inmunológico y si nos falta puede causar encías sangrantes, problemas en la cicatrización, debilitamiento del esmalte dental y gingivitis. Podrás encontrarla en naranjas, kiwis, fresas… Todas ellas frutas ácidas que podrían aumentar la sensibilidad dental, por lo que es muy conveniente enjuagarnos la boca con agua después de tomarlas.
- Consume vitamina B2 ya que interviene en el buen mantenimiento y estado de las mucosas. Puedes encontrarla en los lácteos, los vegetales verdes, el pescado, los cereales enteros y los frutos secos.
- Las manzanas o peras se consideran limpiadoras y estimulantes para nuestros dientes y encías.
- Las legumbre nos ayuda a evitar inflamaciones en la lengua, grietas en los labios y boca.
- El Salmón es un pescado que tiene alto porcentaje de omega3, un ingrediente buenísimo para nuestra salud bucodental.
Estas sencillas recomendaciones te ayudarán a que el frío no le pase factura a tu boca, recordar que en casos de caries, el frío intensificará el problema, por lo que es primordial la prevención para ello lo mejor es acudir a cualquier de nuestras Clínicas a realizarte una revisión, este es el momento de cuidar de tu salud bucal.